Como cierre de año la empresa siempre realiza algún evento, muchas veces son cenas en un restaurante caro o fiestas en una sala de eventos. El año pasado no fue la excepción. La empresa invitó a una fiesta de navidad, pero esta vez incluía a toda la familia, así que fuimos con mis hijos y mi señora.
La fiesta fue buena, había comida, juegos, regalos y shows para los niños. Todo dentro de lo normal en este tipo de fiestas. Lo único que me pareció extraño fue que los gerentes se acercaban a conversar, sobre todo con las parejas jóvenes, entre ellos mi mujer y yo. Al mismo tiempo noté que muchos miraban a mi mujer, tanto hombres como mujeres y varias veces me hicieron el comentario de que tenía una mujer muy hermosa a lo que respondía dando las gracias por el cumplido mientras mi mujer se sonrojaba.
Hasta ahí todo fue normal, dos o tres semanas después de la fiesta de navidad llega una invitación para ir a otra fiesta de la empresa, para mi junto con mi señora. Otro compañero del área, Ricardo, también recibió la invitación así que consulté con mi Jefe el motivo por el cual estábamos invitados, él muy entusiasta me dice que debo ir, y que debo llevar a mi mujer así que quedamos de acuerdo con Ricardo para consultarles a nuestras respectivas señoras. La invitación era para asistir a un resort en las afueras de la ciudad, incluía una VAN que nos pasaría a buscar a nuestras casas. Al otro día Ricardo me cuenta que su señora estaba muy contenta con la invitación, al igual que Pamela, mi mujer, tenía buenos recuerdos de la última fiesta así que ambos decidimos ir junto con nuestras mujeres.
El vehículo pasó casa por casa buscando a los invitados, finalmente éramos cuatro parejas en la VAN que arribó al resort alrededor de las 7 de la tarde, donde nos esperaban cinco parejas mas. El lugar era muy hermoso, elegante, limpio, lujoso, de bienvenida nos dieron champagne, noté que aunque el resort es público, había sido cerrado y solamente estábamos nosotros, no habían mas personas de otras empresas, familias o meseros. La comida estaba dispuesta sobre mesas con manteles blancos, había de todo tipo, también había mucho alcohol en un bar completamente para nosotros.
Con las copas en las manos, los gerentes nos invitaron a pasar a una sala amplia, mientras que nuestras esposas junto con las gerentes de la empresa se quedaron en el sector de la piscina. Uno de los gerentes, Pedro, quien es la mano derecha del gerente general, comenzó el discurso, como siempre habló sobre los resultados de la empresa, que éramos lideres en el rubro, que los accionistas estaban muy contentos para finalmente darnos una noticia, nos felicitó porque todos seríamos ascendidos a una jefatura lo que incluía un aumento de sueldo y mejores beneficios. Yo me sentí contento, feliz, un aumento no me venía nada de mal, Ricardo también lo estaba, nunca nadie nos había felicitado por el trabajo que realizábamos día a día, éramos simples empleados y ahora seriamos jefes, mas el aumento de sueldo, esto realmente era un premio para nosotros.
Continuamos bebiendo y felicitándonos mutuamente, todo era felicidad hasta que el Pedro pide nuevamente la palabra, nos dice que había un solo problema, para ser promovido al cargo de Jefe había una condición y ésta dependía de nuestras señoras, ellas tendrían que estar de acuerdo en hacer intercambio de parejas durante la fiesta. Inmediatamente el ambiente se puso algo tenso, a pesar del alcohol que corría en nuestras venas. A mi no me agradaba la idea de ver a mi mujer teniendo sexo con mis compañeros y con los Jefes, pero al mismo tiempo, me veía yo teniendo sexo con unas gerentes que estaban bien buenas, y con Cristina, la mujer de Ricardo, que siempre me había gustado.
Miré a Ricardo y estaba blanco, Cristina siempre ha sido bien recatada y la verdad yo no la imaginaba en algo así, también pensaba en Pamela, nunca habíamos tocado un tema como éste en nuestras conversaciones y me imaginaba que reaccionaria oponiéndose completamente a semejante proposición. Uno de los invitados a la fiesta pregunta en voz alta – ¿qué pasa si nuestra mujer no acepta? – Pedro responde muy amablemente – bueno, si tu mujer no acepta la VAN esta a tu disposición para retornar a tu hogar y se te pedirá que mantengas todo esto en el mas estricto secreto, demás esta decir que se buscaremos a otra persona para el cargo.
Nos invitaron a volver al sector de la piscina y mientras íbamos caminando veo que varias mujeres ya estaban bañándose en la piscina, y una de las jefas se acerca a Pedro y le dice – ¡Todas aceptaron!
Yo no podía creer que Pamela había aceptado, y por la expresión en la cara de Ricardo a él le pasaba lo mismo, pero mayor sería nuestra sorpresa cuando vemos que las mujeres comienzan a salir de la piscina completamente desnudas, entre ellas Pamela y Cristina, la hermosa mujer de Ricardo, algo que provocó en mi una excitación que nunca antes había sentido. Ver que mi mujer estaba a la vista de todos, completamente desnuda, ella que ni si quiera usaba bikini en la playa fue extraño. Ver además a las mujeres de mis compañeros y de varios jefes en la misma situación era algo realmente caliente. Pamela se me acerca y me dice – ¡esta buena la fiesta! Estoy completamente excitada con la idea, nunca se me habría ocurrido algo así, yo no podía creerle.
Pedro indica las reglas del juego, debido a que para la mayoría esta experiencia era nueva, para romper el hielo nuestros nombres estaban escritos en pequeños papeles dentro de una esfera de cristal, Andrea, una de las jefas de área saca dos papeles al azar, para sorpresa mía sale Pamela y Ricardo como primera pareja, Pedro los lleva a la sala contigua separada solo por un gran panel de vidrio y veo como Ricardo comienza a desnudarse mientras mi mujer lo mira con cara cómplice. No podía sacar mis ojos de esa escena cuando escucho mi nombre ‘Carlos’ y luego Andrea se larga a reír y dice ‘¡Carlos y Andrea!’, luego viene hacia mi y comienza a desnudarme mientras me lleva a la otra sala donde Pamela y Ricardo ya se besaban efusivamente.
Andrea se desnudó completamente, yo miraba sus pechos hermosos y hechos a mano, ella terminó de desnudarme luego me dio un fuerte beso, apasionado mientras yo trataba de mirar que hacían Pamela y Ricardo, pero Andrea no lo permitía, continuaba besándome y luego con su mano comenzó a masturbar mi pene que ya con tanta excitación se encontraba completamente duro y caliente.
Poco a poco iban llegando mas parejas al salón y se recostaban en los cómodos sillones que daban hacia la piscina, Andrea jugueteaba con mi pene en su boca, lo besaba y chupaba dándome sensaciones que junto con todas las imágenes que veía me tenían en otro mundo. Desde mi posición veía como Ricardo embestía casi brutalmente a Pamela que gemía como nunca antes lo había hecho conmigo, luego veo que Ricardo la toma y comienza a practicarle sexo de pie mientras viene Pedro por detrás y comienza a prepararla para practicarle sexo anal, Pamela gritaba, pero no de dolor, de placer, hasta que lanza un grito que indica que ha sido penetrada por Pedro y veo como mueve su hermoso culo mientras Pedro y Ricardo la abrazan en un verdadero sándwich humano. Yo no soporté mas, comienzo a sentir ese calor que precede a la eyaculación e intento retirar mi pene de la boca de Andrea, pero no me lo permite, finalmente lanzo toda mi leche en su boca, ella lo disfruta bebiendo con ganas hasta la última gota, se levanta, me pregunta si quiero una copa a lo cual le respondo jadeando que si. Andrea se aleja de mi y observo su bello cuerpo fruto del trabajo semanal en el gimnasio. Estaba admirándola cuando siento la voz de Cristina que llama, la miro y veo que esta sola, y me dice – veo que Ricardo esta muy entusiasmado con tu mujer, ¿por qué no hacemos algo al respecto?
Cristina comienza a besarme, y yo cansado por el orgasmo que acabo de tener creo que no podré responderle, pero siento como nuevamente mi miembro comienza a ponerse erecto, no se si algo tienen los tragos o quizá la excitación de la tremenda orgía en la que estoy hace que tenga tanto deseo. Tal como lo imaginé Cristina besa como una diosa, dirijo mis manos directo a sus pechos, son grandes, firmes y con unos pezones erectos por la excitación, ella se detiene, y guía mi boca hacia ellos, comienzo a chupárselos, mientras ella toma mi mano y la conduce a su entrepierna. Mi lengua juega con sus pezones haciendo círculos alrededor de ellos, cada ciertos segundos le doy unos pequeños mordiscos, por otro lado mis dedos tocan su pubis completamente depilado y se deslizan lentamente en una conchita húmeda y caliente que invita a saborearla.
Estaba pensando en disfrutar de su sabor cuando siento que Cristina comienza a besar a alguien mas, decido dejar los pezones y ver quien se nos unía a la fiesta, veo que es un compañero que creo se llama Juan, Andrea lo besa con muchas ganas y yo decido ir hacia su conchita con mi lengua, entre Juan y yo la ponemos como perrito, yo ataco por su cola y Juan le ofrece un pene rojo por la erección para que lo chupe.
Siento la humedad de Cristina en mi boca, paso mi lengua por su clítoris y siento su sabor a hembra, ella esta muy concentrada con Juan y decido penetrarla, poco a poco veo como mi pene desaparece en ese enorme y blanco culo, es indescriptible lo que siento, siempre tuve pensamientos eróticos con Cristina pero nunca pensé que llegarían a ser verdad. Cristina siente que la penetro y comienza a moverse a mi ritmo, disfrutando cada centímetro que entra y sale de su cuerpo. Empieza a excitarse mas y mas lo que hace que chupe el pene de Juan con mas fuerza, la expresión facial de Juan lo dice todo, en cualquier momento acaba, veo como comienza a chorrear el semen de Juan desde la boca de Cristina y no puedo creer que esa recatada mujer de mi compañero Ricardo sea la protagonista de esta caliente escena. Nuevamente llego al orgasmo y lanzo todo mi semen dentro de Cristina que sigue moviéndose y gimiendo como estrella de película porno. Caigo rendido al lado de Cristina y mi primer pensamiento es Pamela! ¿Qué será de mi mujer?
Miro a mi alrededor y veo sexo por todos lados, Ricardo con una Jefa, Pedro y Andrea besándose recostados mientras una mujer que no puedo identificar le practica sexo oral a Pedro al mismo tiempo que otro Jefe la penetraba. Había algunos teniendo sexo en el borde de la piscina, otros sobre el césped, también pude ver algunos que simplemente contemplaban con una copa en la mano a los demás y algunos que fueron vencidos por el cansancio y dormitaban recostados sobre cojines y sillones. No vi a Pamela por ningún lado. Miro a Cristina y veo que ya esta entusiasmada con otro de mis compañeros, estaba observando lo hermosa que es cuando siento que me abrazan y comienzan a besarme nuevamente, creo que es mi mujer, pero me equivoco, es la mujer de un jefe que no conocía, no hubo tiempo para presentaciones formales, en pocos minutos ya me encontraba penetrándola sobre el sillón mientras ella se retorcía de placer, estoy así unos minutos y decido cambiar deposición acostándome de espaldas, por el otro lado llega otra mujer desconocida para mi que me monta, sin mayor preámbulo se sienta sobre mi pene y comienza a cabalgarme , estuvo varios minutos en esa posición hasta que me miró fijamente y me murmuró al oído – házmelo por detrás – ella se puso sobre el sillón, se acomodó sobre unos cojines y expuso su enorme culo hacia mi, estaba tan mojada que fue fácil penetrarla analmente, mi pene entraba firme en su culo y sabia que ella lo disfrutaba por que dejaba escapar gemidos penetrantes y fuertes, luego mis recuerdos son confusos, la llene de mi semen y caí a su lado, no se cuantas mujeres pasaron después, no se con cuantas tuve sexo o si me repetí alguna. El cansancio me venció.
Desperté confundido, lo primero que vi fue la piscina iluminada donde nadaban dos mujeres desnudas, un reloj en la pared marcaba las 4:15 am, el salón se iluminaba con lucecitas que estaban en las mesas donde estaba la comida, pude ver que aun habían parejas teniendo sexo, también pude ver como dos mujeres se besaban, ¿quien habría imaginado que una de las Jefas era lesbiana? Pensé que Pamela era la compañera pero me equivocaba, Pamela estaba recostada en uno de los sillones grandes, parecía recién salida de la piscina porque estaba completamente mojada mientras un hombre desconocido le practicaba sexo oral. Ella estaba tan concentrada con su compañero que no quise interrumpir y decidí ir por algo de comida.
Mientras disfrutaba de unos trozos de carne asada y un poco de wisky, llegó otra de las participantes llamándome por ni nombre, me parecía que nunca la había visto pero ella parecía conocerme bien, me dice – ¿cansado? – Y le respondo – ¡nunca! – y me indica la piscina, luego da unos pasos y se lanza, yo no dudé y me lancé al agua detrás de ella, rápidamente nos encontramos y comenzamos a besarnos, el agua estaba agradable y temperada, yo ya no sentía mi boca de tanto besar pero increíblemente mi pene estaba duro como nunca, definitivamente debía haber algo en la comida. Mi compañera me abrazó con sus piernas y luego se introdujo mi pene comenzando a saltar lentamente sobre él, no alcanzamos a estar muchos minutos solos y llegó otra pareja a juguetear en la piscina, finalmente éramos 6 los que empezamos a intercambiar parejas, en un momento llega Pamela y su compañero temporal así como Cristina junto con Ricardo, cada vez que me tocaba el turno con Pamela ella me saltaba riéndose. Pasamos un buen rato jugando al sexo en la piscina hasta que algunos comenzaron a retirarse para descansar un poco. Yo hice lo mismo junto con mi mujer.
Desperté nuevamente, esta vez, con la luz del sol en mi cara, Pamela me miraba con una cara entre maternal y lujuriosa, se veía cansada pero feliz, me sirvió una taza de café y unos panecillos. Pedro nuevamente nos habla, nos pregunta risueñamente – ¿cómo lo ha pasado? – todos respondemos casi al unísono – ¡bieeeeen!
Pedro se despide y nos indica que hay vehículos esperando a la salida, nos vestimos y luego un chofer nos conduce a casa, durante el trayecto vamos en silencio dándonos miradas cómplices, allegar a casa nos duchamos y le pregunto a Pamela que opina de todo esto, me dice que fue extraño, era como vivir una película, que sentía todo pero que era como si no fuera ella, pero que le había gustado. Decidimos dormir un poco mas ya que nuestros hijos estaban con sus abuelos.
El día lunes me llevan a mi nueva oficina, tengo 30 personas a mi cargo, pasa Pedro y me pregunta – ¿qué tal? – perfecta le respondo, se va sin antes decirme que le de saludos de su parte a mi mujer, Pamela.